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La Tracia (4000 a.C- 46 d. C provincia romana)

 Los Tracios fueron un grupo de tribus que ocuparon la zona sureste de la Península de los Balcanes, la zona que actualmente ocupa Bulgaria. Son poco conocidos debido a que han quedado pocos restos de su cultura y porque su civilización fue asimilada por otras y se difuminó todo su legado. La teoría principal sobre su origen indica que los Tracios fueron los habitantes originales de este área basándose en los datos genéticos de las pruebas de ADN realizadas a los restos de los humanos de la edad de piedra, hierro y bronce que coinciden con las de los Tracios e incluso quedan coincidencias genéticas con los actuales búlgaros.


Las tribus tracias habitaron esta parte del Este de Europa desde aproximadamente el año 4.000 a.C. 
Recordemos que la civilización egipcia empezó hacia el 3.000 a.C, la griega hacia el 2.100 a.C y la romana hacia el 750 a.C  Los Tracios dejaron una importante impronta en la civilización europea que los últimos descubrimientos e investigaciones están sacando a la luz.
Se sabe que los Tracios influenciaron decisivamente en las culturas de Grecia y Roma, por ejemplo en la mitología griega y en el culto a los dioses, tanto griegos como romanos muchos de ellos son de origen Tracio. Las tribus tracias llegaron a ser hasta 80 diferentes y aún compartiendo el idioma y la cultura estuvieron habitualmente enfrentadas entre sí por el territorio.

La primera referencia escrita sobre los Tracios la hizo el griego Homero en su libro La Iliada (siglo VIII a. C), donde menciona que los Tracios eran poderosos guerreros que luchaban junto al ejército de Troya, y es que por su valía los guerreros tracios eran a menudo contratados como mercenarios por otros ejércitos, caso de Troya y también de Alejandro Magno que contó con hasta 7.000 guerreros tracios en el ejército que partió a la conquista de Persia. También Jenofonte habla en su libro «Anábasis» de que hasta 1.000 soldados tracios fueron mercenarios del ejército persa del príncipe Ciro en el año 401 a.C.

El padre de la Historia,  el griego Heródoto (484 a.C.- 426 a.C.) también escribió sobre los tracios: "La nación de los Tracios es la mayor del Mundo, y la nación India es la única que se le asemeja en población. Si los Tracios fuesen gobernados por un solo soberano y estuviesen unidos, ellos serían, en mi opinión, inconquistables, invencibles y mucho más fuertes que otras naciones…."

Heródoto acertaba, los Tracios eran hábiles guerreros por su larga historia de conflictos entre tribus, estaban bien armados, eran audaces guerreros y jinetes. Hubo varios intentos de unificación de las tribus pero duraron poco tiempo porque el excepcional amor a la libertad de las tribus les acababa separando de poseer un único gobernante. prueba de este «amor a la Libertad» es la historia del más famoso Tracio: Espartaco, líder la tribu tracia de los Medi que luchó por liberarse de su esclavitud y batalló de forma desigual por la libertad de su pueblo contra la invasión romana.

Cualquier persona interesada en la Historia está familiarizada con el testimonio de Tucídides (460 – 395 a.C.) , quien explica que «el Reino Odrisio es el más rico y poderoso de Europa». Los ingresos fiscales que recibía este reino tracio, recibidos de las ciudades griegas que controlaba, asciende a 400 talentos de oro y plata. Otros 400 talentos se obtienen como regalos: artículos de oro y plata, telas caras, etc. En otras palabras, el ingreso de los reyes odrisios, solo de los impuestos de los extranjeros que comercian en territorio tracio es de aproximadamente 800 talentos de oro y plata. Teniendo en cuenta que el peso de un talento ático es de 26 kg, la cantidad recolectada por los odrisios fue enorme: más de 19 toneladas de oro puro . A esto hay que agregar los ingresos de las minas de oro y plata, los fondos recibidos del trigo, el trigo, la madera, etc., vendidos a los griegos.

Hace unos 2,500 años, el Rey Sitalk tenía un ejército de 150.000 hombres, un tercio de los cuales eran de caballería, principalmente de Getae y Odrysians

  Su fama de buenos jinetes se relaciona con el amor y devoción que sentían los Tracios por sus caballos, Homero cuenta: «Rhesus, líder de los Tracios posee los más altos y mejores caballos que jamás he visto, más blancos que la nieve y más rápidos que el viento. Su carro tirado por estos caballos está ricamente decorado con oro y plata y Rhesus porta su armadura de oro con él…

El estado odrisio fue el primer reino tracio que adquirió poder en la región, mediante la unificación de muchas tribus tracias gobernadas únicamente por el rey Teres. Inicialmente, el estado incluía el este de Tracia y regiones más lejanas al norte, como la desembocadura del Istro (el Danubio).

La expedición persa de Darío I el Grande dentro del territorio tuvo lugar en 513 - 512 a. C., mediante la cual la tierra de los odrisios llegó a formar parte del Imperio aqueménida. 

Los odrisios no se opusieron a la llegada persa y el sátrapa Megabazo y el general Mardonio delegaron considerable poder a los jefes odrisios. La presencia persa tuvo un enorme impacto en el arte tracio. 

En tiempos de Teres, hacia el 450 a. C., los odrisios ocupaban la parte sudoriental de Tracia, desde la costa sudoeste del Mar Negro hasta el Helesponto. Murió en 445 a. C., durante una de sus muchas campañas militares.

El hijo de Teres, Sitalces fue un gran líder militar, que forzó a las tribus que se separaron de la alianza a reconocer su soberanía. El rico estado se extendió desde el Danubio hasta el mar Egeo y construyó carreteras para el desarrollo del comercio y logró un poderoso ejército que pudo alcanzar 150.000 hombres. En 429 a. C. los aliados de Atenas emprendieron una campaña contra los macedonios, pero se retiraron en masa solo 30 días después debido (según Tucídides) a la falta de alimentos y no acudir los atenienses que debían dar apoyo con una flota.

Sitalces quiso la unificación de todos los tracios, y decidió atacar a los tracios tribalos, pero murió en la batalla. Seutes I consiguió que su reino disfrutara de un período de prosperidad, aunque varias tribus tracias dejaran la alianza. Seutes era hijo de Esparádoco y sobrino de Sitalces. La subida al trono de Seutes, cuñado de Pérdicas, en lugar del proateniense Sádoco, primo suyo, favoreció sin duda los planes del general espartano Brásidas en Tracia, en detrimento de los de Tucídides.

Heródoto (IV.92) menciona a los odrisios entre las tribus tracias. pero como una de tantas, sin referirse a que fueran especialmente poderosos.

En el siglo IV a. C., tras la muerte de Cotis I, se disputaron el reino los príncipes. Cersobleptes, Berisades y Amádoco II, y se fragmentó en tres pequeños reinos, de los cuales uno, con capital en Seutópolis, sobrevivió más tiempo. Tracia cayó sucesivamente bajo la influencia grecomacedonia de Filipo II, su hijo Alejandro y el diádoco Lisímaco.

Sin embargo, se siguieron sucediendo varios reyes tribales, mientras la región se fragmentaba en reinos más pequeños en los siglos III y II a. C..


En el siglo I a. C., Tracia fue cayendo bajo la influencia romana, pasando sus reyes a ser clientes de Roma. La región se reunificó en torno al año II a. C. bajo el control de la tribu tracia de los sapeos y con el beneplácito del emperador romano Augusto. Tracia se convirtió finalmente en provincia romana en el año 46 d. C., con la invasión del emperador Claudio (41-54) y la muerte de su último rey, Roemetalces III, en un complot a manos de su esposa.1

Pero ¿qué conocemos de la cultura tracia? además de su poder combativo. En las creencias tracias, la muerte no es el final; ellos creían que la vida continuaba en el mismo cuerpo pero en otro mundo, un mundo si tristeza y de felicidad eterna. También Heródoto cuenta que los Tracios celebraban fiestas cuando alguien moría y sin embargo se lamentaban cuando un bebé nacía, enumerando todas las desdichas que sufriría durante su vida hasta alcanzar la muerte. Quizás ello explique la audacia y belicosidad de los Tracios, que no temían morir.

 Los Tracios se preparaban para la vida después de la muerte, para ello enterraban a los difuntos con sus mejores bienes, armas e incluso para el caso de sus reyes, eran enterrados con sus mejores caballos y con una de sus esposas. Heródoto cuenta que cuando un rey moría, se producía una fuerte discusión entre sus allegados por decidir cuál había sido su esposa favorita (los reyes tenían varias esposas a la vez). Una vez elegida, ésta entraba de motu propio ( u obligada)  en la sala de la tumba del rey y era sacrificada, reposando junto a su esposo-rey para siempre. Después la tumba era cubierta de tierra formando un túmulo y se organizaban juegos competitivos como luchas cuerpo a cuerpo. Las primeras Olimpiadas griegas se iniciaron en el año 776 a.C., quién sabe si su origen estaba en estos festejos competitivos tracios tras la muerte de sus reyes.

En la actualidad se pueden encontrar tumbas en forma de túmulos de tierra en la actual Bulgaria, concretamente en el «Valle de los Reyes Tracios» en los alrededores de la ciudad búlgara de Kazanlak existen más de 200 túmulos de este tipo, algunos de los cuales están abiertos como museos, el mausoleo más famoso es la Tumba Tracia de Kazanlak dentro del casco urbano de Kazanlak que está declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO.


En estas tumbas se han encontrado ricos tesoros de oro, de hecho el tesoro de oro más antiguo del Mundo se ha encontrado en la antigua necrópolis junto a la ciudad búlgara de Varna, con un origen entorno al año 4.600 a.C. El tesoro de oro está formado por 990 piezas de oro en un único sepulcro (1,5 kg de oro en total), otras 850 piezas de oro se han encontrado en el resto de sepulcros de la necrópolis y, como decimos, es el oro trabajado más antiguo del Mundo.

Además de ser conocidos como hábiles guerreros y orfebres, los Tracios también alcanzaron una importante reputación como amantes del vino, producían y exportaban un excelente vino (según cuenta Homero en el libro 9 de la Iliada) y ellos mismos lo consumían con frecuencia en sus festejos sin diluirlo en agua, cosa que sí hacían los griegos y romanos que lo mezclaban con hasta 3 partes de agua. Se han encontrado copas y recipientes de oro tracios ricamente decorados destinados a beber vino. Además, entre otros, adoraban al Dios del vino: Dionisio, construyendo en su honor altares y templos.

Los Tracios adoraban principalmente a dioses paganos como la Gran Madre Tierra  y el Sol; y tenían sacerdotes y ritos que los griegos adoptaron más tarde. Estrabón (64 a.C – 23 d.C), el padre de la Geografía, escribió: "los atenienses adoptaron los rituales de la religión tracia renombrando sus dioses"… Igualmente los romanos adoptaron después los dioses griegos renombrándolos; por ejemplo el dios tracio Sabazios fue renombrado como Dionisio por los griegos y posteriormente como Baco por los romanos.

Este dato no es casual, los Tracios eran famosos en la antigüedad por la calidad de sus vinos, tradiciones y rituales ancestrales relacionados con el vino se siguen manteniendo hoy en día en Bulgaria.

Los Tracios construyeron caballos de piedra, mausoleos, templos y dólmenes similares a los de Stonehenge, por ejemplo el complejo arqueológico más famoso que se puede visitar actualmente es el de Perpericón.

 

Durante el gobierno romano la zona fue ampliamente beneficiada, pero desde las invasiones bárbaras del siglo III hasta los tiempos modernos, esta zona fue a menudo campo de batalla de diversas disputas. La más famosa de estas batallas, la de Adrianópolis es la del año 378, en la que los visigodos, presionados por los hunos, atravesaron el Danubio y destruyeron allí al ejército del Imperio romano de Oriente, mataron al emperador Valente y se extendieron por los Balcanes saqueando todo a su paso.

Durante el siglo VII, la parte norte de Tracia pasó a manos búlgaras y la parte sur al Imperio bizantino, pero durante el siglo XIII toda la región formó parte del Segundo Imperio búlgaro, después de un breve período en manos del Imperio latino de Constantinopla.

En 1361, los turcos otomanos conquistaron Adrianópolis (Edirne), y en 1453, después de la caída de Constantinopla, toda Tracia fue parte del Imperio otomano.

Tras ser brevemente atribuida casi en su totalidad a Bulgaria en el Tratado de San Stefano en 1878, el norte de Tracia fue anexado por la provincia de Rumelia del Este, entidad búlgara autónoma perteneciente al Imperio otomano. El resto del territorio volvió a control otomano. En 1885 Bulgaria, que se había independizado en 1878, se anexó la provincia de Rumelia, conociéndose desde entonces como Tracia solo a su parte sur, que aún seguía bajo dominio turco.


Después de la Primera Guerra Balcánica (1912-1913), el Imperio otomano cedió el resto de Tracia Occidental y parte de Tracia Oriental a Bulgaria, incluyendo Adrianópolis (Edirne). Pero luego de la Segunda Guerra Balcánica (1913), en la que Bulgaria fue vencida, esta devolvió a los turcos toda Tracia al este del río Maritsa. Durante la Primera Guerra Mundial el reparto de la Tracia Oriental varió ligeramente debido a la entrega por parte del Gobierno de Constantinopla de ciertos pequeños enclaves fronterizos a Bulgaria.


Después de la Primera Guerra Mundial y tras la Conferencia de Paz celebrada en París, Grecia recibió de Bulgaria la Tracia Occidental (Tratado de Neuilly, 1919) y recibiría de Turquía (Tratado de Sèvres, 1920) la Tracia Oriental y la mayoría de las islas del mar Egeo, excepto la zona de los Estrechos (Bósforo y Dardanelos) y (Estambul). Pero los griegos debieron librar duras luchas contra la población y el ejército turco para ocupar el lugar.


El tratado de Sèvres, que nunca entró en vigor, fue reemplazado en 1923 por el Tratado de Lausana, que repuso a Turquía toda la zona de Tracia al este del río Maritsa.


Durante la Segunda Guerra Mundial, Bulgaria ocupó la parte griega de Tracia (1941-1944), pero al finalizar la contienda, se repusieron las fronteras greco-búlgaras de 1919 y greco-turcas de 1923.





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